A diferencia del cortometraje anterior que se realizó para Károl Rendón, este video buscaba ser un concepto más introspectivo y melancólico: encontrar la inspiración de vivir a través de la monotonía de las rutinas diarias.
Ya que el video iba a contarse a través de pocas escenas y acciones, la línea visual era muy importante. Desde una toma contrapicada para reflejar menosprecio, hasta acercamientos a objetos rutinarios para destacar un sentimiento de asco; la idea era que todo alrededor ayudara a reforzar estas sensaciones.
De la parte de la edición, se trabajó un diseño sonoro que vistiera todo el video y que reforzara todas las emociones que la protagonista experimentaba, como si por medio del sonido pudieras escuchar los pensamientos de su cabeza. Sin cortes rápidos, sin movimientos bruscos, solamente la experiencia de vivir.
Créditos extra:
Dirección de Arte y Diseño Gráfico: Lyndha Smith
Producción: Atento Filmworks
PROYECTO:






